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La importancia del olor a mamá para el recién nacido


Los mamíferos tienen tres necesidades fundamentales: calor, protección y alimento que se relacionan con el olfato, el tacto y la vista. La manera que tienen de cubrirlas es a través del contacto, especialmente con la madre. Su cuerpo ha sido su hábitat natural durante el proceso de embarazo y como tal lo reconocen una vez fuera de él. Los bebés reaccionan al olor a mamá, a su tono de voz, sintiéndose seguros cuando están con ella.

La importancia del contacto físico

Seguro que has observado alguna vez que tu bebé llora y llora hasta que consigue que te acerques a cogerlo. Y entonces se calma, justo cuando lo tienes en brazos. Es el instinto de supervivencia innato. Muchas mamás recurren al porteo para poder hacer cosas mientras llevan a su peque con ellas. Algunos bebés requieren de ese contacto físico todo el tiempo y es una muleta para no sentirse parada.

Como comentábamos, durante los nueve meses de embarazo has sido todo el mundo para tu bebé. Conoce tu voz, el ritmo de tu respiración, el sonido de tu corazón. Tenerte cerca es la forma en que se siente seguro. Eres su todo.

Tan importante es todo esto que en los hospitales se desarrolla el Método Madre Canguro (MMC). El MMC consiste en que los papás y mamás de bebés prematuros pasen la mayor parte del tiempo posible con ellos encima. Se ha descubierto que, de esta manera, completan su desarrollo mucho mejor que manteniéndolos en la incubadora. A través de él se termorregulan y se ven estimulados. Cubren también sus necesidades de amor y alimentación, ya que se ha descubierto que los bebés prematuros son capaces de mamar antes de lo que tradicionalmente se creía.

La mamá es el hábitat natural del bebé durante el embarazo. Por eso, una vez nacido, pueden requerir su presencia de manera casi constante.

La importancia del olor a mamá

Seguro que has oído hablar acerca de los pulpitos solidarios. Se trata de una iniciativa solidaria que está llenando de muñecos las unidades de neonatos de los hospitales. La idea es que la madre lleve encima, durante el día, el pulpito para que se impregne de su olor. De esta manera, cuando ella vaya a casa a ducharse le dejan el muñeco en la incubadora para que siga oliendo a mamá y permanezca tranquilo. Se trata de pulpos porque sus tentáculos tienen la misma forma que el cordón umbilical, al que se agarraban mientras estaban en el vientre materno.

Esta idea no es nueva. Desde hace años ya se venía señalando que era interesante que las mamás llevaran con ellas un doudou durante el día para que se impregnara de su olor. Este doudou luego se pondría junto al bebé cuando se le pusiera a descansar.

¿Has probado alguna vez alguna de estas técnicas?, ¿se calmaba tu bebé al sentir tu olor?


Créditos: Living Suavinex Spain - Post

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