Frutas y verduras deben protagonizar la mayor parte de las comidas. Es más, deben ocupar la mitad del plato. Juega con las diferentes variedades, combina colores y prueba diferentes formas para cocinarlas o consúmelas crudas. ¡Te darán mucho juego!
El problema con los granos refinados es que crean un pico glucémico nada saludable. Ya se sabe que después de los picos… vienen los bajones. Así que los granos, que deben ocupar un cuarto de tu plato, tienen que ser integrales. Estar enteritos, con todas sus características intactas. Introduce en la dieta quinoa, avena, trigo integral o en granos, arroz integral. Puede que al principio te cueste un poco, pero con perseverancia les tomarás el gusto.
Pero no una proteína cualquiera. Legumbres, pescado, pollo o nueces, que contienen proteína saludable, deben ocupar un cuarto de tu plato. Las carnes rojas y los embutidos no se recomiendan por su impacto en la salud. Ya sabemos que a los peques les encantan las salchichas, pero no son la mejor opción.
Emplea grasas vegetales en cantidades limitadas. El aceite de oliva virgen extra siempre es el más recomendable.
Es muy importante evitar los refrescos por la gran cantidad de azúcar que contienen. Lo mismo ocurre con los zumos industriales. La mejor forma de hidratarse es… beber agua. Así de sencillo. Si acostumbras a los peques no supondrá para ellos ningún trauma posterior. También puedes consumir café o té, pero en cantidades moderadas. Tampoco se recomienda consumir más de una o dos raciones pequeñas de lácteos al día.
¿Qué te parece el plato de alimentación saludable? ¿Crees que con él en mente te será más fácil componer tus menús? Estamos deseando conocer tu opinión.